martes, 27 de noviembre de 2012

La Reunión


Han pasado aproximadamente cuatro horas desde que los últimos rayos de sol se marchitaron. La ciudad vuelve a pertenecer a las sombras y cada miembro de la comunidad camina a ciegas; un baile enfermizo con un funcionamiento exacto que no da lugar a improvisación de ningún tipo.

La luz artificial transforma las siluetas a su antojo y recorre las calles como sangre a través de venas de asfalto.

Bajo esta luz se reúnen una vez más los tres sujetos de siempre. Una vez a la semana coinciden en este lugar dejado de la mano de Dios. Conversan, ríen, lloran, pelean o simplemente dejan reposar la mirada en el horizonte más oscuro de la faz de la Tierra.

En medio de ellos yace un recipiente cristalino repleto de líquido. Un líquido tan brillante que mirarlo fijamente podría provocar daños irreparables en la vista.

Se reparten vasos y uno a uno los van llenando, siempre alejando la vista del contenido. Llevan años dejándolo correr por su garganta sin el valor suficiente como para pararse a observar qué es lo que reside en el interior de la botella.

La noche avanza descontroladamente sin respetar el calmado paso del tiempo, impaciente por conocer a donde van a llegar hoy sus tres desconocidos favoritos.

Tras varios vasos, y después de un silencio omnipresente, comienzan a mirarse los unos a los otros.  Parece que fue hace una eternidad cuando se vieron por primera vez. “Sueño”, “Realidad” y “Miedo” despiertan por fin. Conscientes de su existencia y con ello una incesante  catarata de incontenibles pensamientos.

Todos tienen la necesidad de ponerse a vomitar palabras, de escupir toda la tensión, rabia, ideas y temores que llevan acumulando desde su anterior reunión. El caos reside en cada uno de ellos, pero un inexplicable orden instintivo los hace fluir de manera organizada, impidiendo que todos exploten a la vez.


R.- “Otra vez más, como siempre. Supongo que me alegro de veros.
S.- “¿Supones? Habrá un futuro en el que no tendrás que volvernos a ver, y supongo que te arrepentirás de lo que dices viejo amigo.”
M.-“

El inicio de la conversación es frío y carente de emoción, como de costumbre.  Después de un largo rato hablando sobre nada y todo a la vez, las emociones empiezan a poseer a sus usuarios. Y comienza la verdadera reunión.


S.-“Yo sigo sin ser capaz de conformarme con todo esto. ¿Cuánto más tengo que seguir fingiendo? Vivo en una maldita sociedad en la que nada me interesa lo más mínimo. Me niego a creer que sea el único.”
R.- “Siempre tienes opciones. Puedes marcharte, puedes quedarte e intentar cambiar lo que se te ha dado, o puedes marcharte todavía más lejos. Allá donde los vivos no puedan encontrarte.”
S.- “No es cuestión de irse o quedarse. Se trata de lo que vive en mi interior. Yo sé que hay una solución, quiero creer que hay una solución.”
R.- “¿Quieres creer? ¿Piensas que hay algo más aparte de todo esto? Qué pasa si te digo que el mundo ya te ha enseñado todo lo que tenías que ver. No hay nuevas experiencias o sensaciones, es hora de que te adaptes. Deja de soñar con sentimientos y mundos que no son más reales que las hadas o la magia.”
S.- “No esperaba que me entendieras, después de todo eres uno más de ellos.
R.- “¿Uno más de quién? No te das cuenta de que no hay nadie más. Todos somos uno. La gente especial es especial porque el resto le hemos dado esa categoría. Incluso tus estúpidas aspiraciones no son más que una droga inventada por la humanidad para que sigas aquí con nosotros, para que vueles dentro de la jaula.”
M.- “¿Por qué tenéis que darle tantas vueltas? No tiene sentido arriesgarse a volar cuando vivir pegado al suelo es la mejor forma de evitar caerse. Aunque haya que vivir arrodillado o tumbado, pero al menos a salvo de un infortuito golpe contra el suelo.”
S.- “¿Es así como quieres vivir, Miedo? ¿Tan pegado al suelo que ni siquiera puedes ver las piedras que se interponen ante ti? Todo nuestro entorno nos guía por el camino por el que debemos adentrarnos. El comportamiento de la gente, el funcionamiento de las relaciones sociales… todo son pistas que nos dan una ligera pero contundente idea de por donde tenemos que llevar nuestros pasos. Yo no quiero pasarme la vida caminando sobre barro pisado.”
R.- “Todo lo que dices lo basas en una pobre suposición, pero ¿Qué harás el día de mañana? Cuando seas viejo y apenas quede vida en ti y repentinamente te des cuenta de que no había nada. Que en un intento de ser distinto y alejarte del rebaño te acabaste convirtiendo en uno más.”
M.- “Yo estoy bien siendo uno más
R.- “Escúchame Sueño, he conocido a miles como tú, y al final todos los acaban comprendiendo. Esta partida ya está jugada antes de empezar. Tú vida ya ha sido decidida, tanto si ganas como si pierdes. Eres tan solo otra ficha.”
M.-“Si ya está todo decidido entonces lo mejor es tomárselo con filosofía. Disfruta cuando puedas disfrutar y haz lo posible por cumplir con el propósito que te ha sido encomendado. Fin.
S.- “Habláis de los seres humanos  como si de hormigas se tratase. Eso a lo que tú llamas propósito otros lo han llamado religión. Otra de las formas que tiene el hombre para limitarse a sí mismo, para guiar al resto por el buen camino. La manera de poder morir tranquilos, pensando que da igual si hemos malgastado nuestras vidas, porque tenemos la oportunidad de alcanzar un nuevo lugar donde no hay sitio para la preocupación.”
R.- “Bonita forma de consolidarte como el jefe supremo del ateísmo.”
S.- “Di lo que quieras. Nada de eso tiene cabida en alguien como yo. Yo creo en el amor verdadero, en la posibilidad de forjar nuestro propio destino… En llegar a viejo y haber reído y llorado de verdad, y no porque se supone que lo tenga que hacer. La religión te habla de un paraíso, pero ¿Por qué nadie se preocupa en crear ese paraíso aquí mismo? ¿Por qué la gente presume de libertad bajo un cielo donde las estrellas nos miran como a inferiores? ¿Por qué no ir más allá, dónde nadie ha tenido agallas para llegar?
M.- “Aquí estamos seguros. Y si haces lo que tienes que hacer hay muchas probabilidades de que todo vaya bien. Por eso.”
R.- “Si tanto te preocupa ese asunto ¿qué haces aquí de nuevo Sueño? No es a nosotros a quien tienes que convencer. Si quieres volar, vuela.”
S.- “Lo haré, eso lo puedes tener claro. Es solo que todavía no estoy preparado…


La botella está vacía. No queda aire en sus pulmones con los que propulsar las palabras. Sus mentes se bloquean y retornan a su viaje solitario. Tres sujetos se desvanecen y vuelven a sus respectivos palacios sin la certeza de si volverán a encontrarse alguna vez.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

The life beyond the screen


Todavía recuerdo aquellos días en los que pasaba desapercibida como una sombra tragada por la oscuridad. Tardes de recreo sin más compañía que la de un bocadillo de jamón y queso; siempre acechada por miles de miradas que oscilaban entre el desprecio y el pasotismo más absoluto.

Nunca destaqué en nada. Un humano más entre millones, sin ninguna meta o cualidad que me diferenciase de los demás. Me sentía arrastrada por un conformismo devastador que me devoraba desde dentro y cada día me iba ahogando más y más en la espiral de la dejadez.

Fueron tiempos oscuros. No llegaba ni un mísero rayo de luz a mi pequeño rincón y ante mí se presentaba una vida anónima y carente de valor.

No tiene sentido torturarme a mí misma dándole coba a todos esos recuerdos que no dejan otra cosa que mal sabor de boca. La luz acabó llegando e inundo cada recoveco de mi existencia. Por fin era alguien.

Esto sucedió hará tres años, cuando mis padres decidieron modernizarse y en un momento de iluminación contrataron una tarifa de internet.

Yo nunca había sido muy familiar. Prefería pasar el tiempo en mi habitación, a solas con mis libros, videojuegos… y haciendo la única cosa que se me da bien: Darle vueltas a la cabeza.
La llegada del internet fue un factor clave en el proceso de mi aislamiento. No tardé en aprender a usarlo y descubrí el fascinante mundo que latía al otro lado del ordenador.

En cuestión de días mis padres se dieron por vencidos y desistieron en su intento por formar parte del siglo XXI. En el momento en que lo dejaron, todos sus esfuerzos se focalizaron en hacerme pasar menos tiempo en mi habitación y más tiempo con ellos. Tras fallar repetidas vidas perdieron la esperanza y dejaron que el río siguiese su curso. Es curioso que nunca contemplasen el hecho de quitar internet , seguían pagándolo un mes sí y otro también…
Internet me cautivo ofreciéndome un sinfín de respuestas y el doble de preguntas. Ahora tenía un lugar donde iba a ser escuchada, un sitio donde podía convertirme en todo lo contrario a lo que había sido durante los últimos 16 años.

Las redes sociales no tardaron en plagar mi pantalla con cientos de amigos y seguidores de todas partes del mundo. Gente que de una forma u otra habían llegado hasta mi perfil y querían conocerme. Puedo estar escuchando música y hacer que todos mis amigos sepan exactamente lo que estoy oyendo, descubrir si comparto los mismo gustos que el resto de gente de la red e incluso conocer a que se dedica aquel chico tan atractivo que nunca conoceré.
Mi vida, antes vacía, ha dado un giro de 180 grados. Al fin soy alguien.
Cada segundo alejada de esta dimensión es insoportable. Aquí me siento querida, me da fuerzas para seguir adelante.




La semana pasada conocí a un chico a través de una página de música. Desde entonces hemos estado hablando sin parar, es increíble.
Le cuento mis problemas en casa, mis discusiones con mis padres, las ganas que tengo de irme a vivir por mi cuenta… No para de decirme lo especial que soy y que no puede esperar a conocerme en persona. Se muere por cogerme de la mano y poder mirarme a los ojos directamente, verme tal y como soy.
Quedamos hace cuatro horas en el parque de al lado de mi antiguo colegio. No he sido capaz de ir a verle.  Tengo miedo de que me vea como la persona que fui cuatro años atrás.
No hemos vuelto a hablar, ha desaparecido completamente de mi mundo.  Estoy triste y pongo una canción en mi muro de Facebook que transmita como me siento. Actualizo mi estado de twitter diciéndole a todo el mundo que me voy a dormir.


Más de veinte retweets y unos cincuenta “me gusta”, y por primera vez, en este mundo perfecto, me siento absolutamente sola.

¿En quién me he convertido?

lunes, 12 de noviembre de 2012

El mejor amigo del hombre


Tuvo que probar varias veces hasta que logró atinar y meter por fin la llave en la cerradura. Alargó el brazo y alcanzó el pomo de la puerta con la mano; Lo giró con cuidado pero  eso no fue suficiente para impedir que un dolor punzante lo sacudiese de arriba abajo.
Al otro lado la puerta se podían oír unos pasos familiares acompañados de una respiración agitada que denotaba ansiedad y exaltación. La mano fue automáticamente al bolsillo y extrajo una cajetilla de tabaco.
Freddy se acomodó en el porche de su casa fumándose un pitillo a la luz de la media luna, dándose un respiro antes de volver a intentar entrar. Al acercarse el cigarro a la boca no pudo evitar fijarse en la sangre que bañaba sus nudillos. Desprendía un olor cálido y fuerte al que estaba más que acostumbrado. La esencia de la sangre no era otra que su propia esencia.
Los sonidos provenientes de la puerta hicieron a Freddy apresurarse y finalmente allí estaba de nuevo, mano a mano con ella. Esta vez la llave se deslizó y dió en el blanco a la primera. Tragó saliva y esta vez decidió abrirla empujándola lentamente con la punta del pié.
Nada más entrar y sin previo aviso una sombra enorme y peluda se abalanzó contra él haciendo que perdiese el equilibrio y algo comenzó a lamerle la cara.
-“Ei, ei, calma chico. Si sigues recibiéndome así voy a estar vomitando pelo y babas hasta Navidad”
Freddy logró quitarse a Bobo de encima y le acarició detrás de las orejas para que se calmase un poco. Mientras lo hacía, todas las cosas que habían ocurrido aquella tarde empezaron a bailar en su cabeza. La mirada aterrada de aquella mujer, sus puños impactando una y otra vez sobre la cara de aquel tipo…
Tardó unos minutos en recomponerse y en cuanto recuperó el control se dirigió directamente a la cocina. Bobo en seguida lo acompañó, silencioso y agitando el rabo efusivamente.
Era ridículo ver a un Rottweiler comportarse de una manera tan amigable y social. Una raza tan fuerte y agresiva. Freddy no alcanzaba a comprender por qué él seguía recibiéndolo día tras día como si quisiera hacerle sentir la persona más importante y honrada de la Tierra.
Abrió la nevera y cogió una cerveza fría acompañada de un paquete de salchichas precocinadas. Encendió la radio y se sentó en el sofá para disfrutar de su merecida cena.
La cerveza no dio mucho juego y Bobo acabó ingiriendo la mayor parte de las salchichas, es por eso que Freddy considero oportuno dar paso al postre. Como cada noche se acercó al minibar y agarró la botella de whisky junto con un vaso lo suficientemente grande como para ahogar todas y cada una de sus penas.
Bobo se sentó delante de él, sacando la lengua y con una mirada que pedía a gritos que lo acariciaran de nuevo. Freddy posó su mano en su hocico a la vez que utilizaba la que le quedaba libre para sostener el vaso.
El tacto sobre la piel del animal se sentía relajadamente cómodo, igual que cuando vas a la playa y sumerges las manos en la arena caliente. Eso lo hacía sentirse bien, tanto a él como al perro. Solo así lograba evadirse del mundo que le rodeaba, aunque solo fuese durante un breve espacio de tiempo.
A medida que pasaba la noche el whisky comenzó a reclutar a todos aquellos pensamientos que Freddy mantenía apartados en lo más profundo y oscuro de su cabeza.
-“¿Cómo he acabado aquí Bobo?” masculló mientras rebuscaba en el interior de su chaqueta.
Bobo restregó el hocico contra su rodilla, mendigando una caricia.
-“Tú nunca te cansas, ¿Verdad?” dijo sacando la 9mm de la funda y apoyándola cuidadosamente en el reposabrazos.
-“No es mi culpa Bobo, una cosa llevó a la otra y ahora estoy donde estoy. Donde tengo que estar. Si no lo hiciese yo… ¿Quién lo iba a hacer entonces?"
Llenó el vaso una vez más y volvió a posar su mano sobre la cabeza del perro.


Los recuerdos eran cada vez más fuertes e insoportables. Viendo pasar su pasado por delante y siendo él su único juez, las lágrimas no tardaron en bañar los ojos de Fred. Como por instinto Bobo se incorporó y apoyó sus patas delanteras sobre las rodillas de su amo, ofreciéndole consuelo.
Fredd rompió a llorar mientras abrazaba a su único amigo que no paraba de aullar y lamerle las lagrimas que se precipitaban por su mejilla.
-“Claro que eres un buen chico, por supuesto que lo eres”
Se levantó y volvió a guardar la pistola. Llenó de comida el plato de Bobo y luchando por no chocar contra las paredes del pasillo se dirigió hacia su habitación. Antes de llegar a la puerta frenó en seco, dió media vuelta y dijo: “Gracias”
Entró en el cuarto y cerró la puerta tras de sí.

El vecindario se despertó en medio de la noche con el estruendo de un disparo seguido de un aullido ensordecedor.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El príncipe de las tinieblas



Y me he dado cuenta de que me he perdido a lo largo del camino.

1.-Solo queda tinta, escribiría con lágrimas pero uno siempre se promete no volver a derramarlas. Parece que llevo todo este tiempo en coma, dormitando y refugiado en la más densa y asfixiante oscuridad hasta ahora. Por fin despierto.
2.-Abro los ojos y lo primero que veo es tu espalda, tu espalda bañada por tu pelo que la recorre como una catarata dorada. Tal vez no sea oro puro, puede que no sea nada realmente, pero para mí es lo más valioso del universo.
3.-Sin poder evitarlo mi mano comienza a bailar sobre tu costado, los dedos cobran vida propia y danzan libres sobre tu piel sin más intención que la de sentirse vivos de nuevo al tocarte. Me gusta sentir nuestros cuerpos en contacto. Existe la posibilidad de que nunca te des la vuelta y de que tu espalda sea el único lado digno de ver para mí. Eso hace que cada una de mis células quiera más.
4.-Te hablo del mundo que se esconde tras tus párpados y de las ganas que tengo de pasar allí el resto de mis días. Te cuento mis planes y mis miedos pero me ahogo cuando intento decirte que quiero hacerte partícipe de todo eso. Quiero que seamos uno y que no haya nada más. No hay un tú y un yo, tampoco un contigo, pienso en la posesión como forma de hacerte sentir como yo me siento.
5.-El sol se esconde de nuevo, me siento egoísta; quiero recibir lo que doy, que me paguen con la misma moneda, añoro  el nunca experimentado intercambio equivalente.
6.-Sin quererlo sigues creciendo y te vuelves enorme, es inevitable que destruyas mi mundo. Ya no queda cielo al que mirar ni tierra firme en donde tumbarse a ver pasar el tiempo. Ahora reina el caos y la luz ha sido desterrada definitivamente.
7.-Cabalgo a lomos de la oscuridad, con la maldición de guardar cada pequeño detalle, cada sonrisa que fuiste capaz de regalarme. Todo eso sigue campando a sus anchas dentro de mí. Un dolor sordo que vuelve una y otra vez acompañado de recuerdos, llenando de vida un cascarón que ha muerto mil veces.
8.-La mirada perdida en la nada, floto sin rumbo alguno. Soy consciente de que hubo un tiempo en el que todo fue casi perfecto y en el que incluso llegué a pensar que lo había encontrado.
9.- ¿Qué estaba buscando?

El parque de la esperanza


Este es un relato que fue publicado en La Voz de Galicia en el mes de agosto para el concurso "Relatos de Verán". Aquí os dejo la versión ampliada del mismo.



Sale el sol y el mundo vuelve a funcionar. Mis pasos me traen de nuevo hacia este banco que me acoge cada mañana y me da la dosis de aire puro que me ayuda a seguir viviendo.
Aquí fuera los niños vuelven a conquistar los parques  como si el tiempo se hubiese parado. Suyo es el poder de mirar despreocupadamente al futuro, soltar de la mano al pasado y fundirse con el presente como sí de un solo ente se tratase.
Noto un ligero cosquilleo en las manos, esas manos que siguen sufriendo las consecuencias de mi infancia. Y es que nuestra generación creció contaminada por la peor de las enfermedades que ha sufrido la humanidad: La tecnología.
Envidio esta nueva era en la que los jóvenes  vuelven a dar rienda suelta a la imaginación. Capaces de crear nuevos mundos dentro del ya existente, y haciéndonos parecer unos completos ignorantes al lado de la incertidumbre y la magia de esa inocencia innata que los caracteriza.
Yo aún tenía 17 años cuando la gente mayor ya estaba hablando del fin del mundo y del apocalipsis. Augurios de una sociedad que ya llevaba muerta largo tiempo. En esa sociedad donde la información lo es todo, no hay peor enemigo que la fusión entre conformismo y sedentarismo, una bola de nieve atrapada entre dos cuestas que no para de crecer y decrecer llevando  todo a ninguna parte.
Me gustaría saber quien fue la primera persona en dar el salto, aquel que decidió que ya era suficiente y tuvo las agallas de dar un paso atrás. “Un gran paso atrás para seguir avanzando”. Seguramente aquel individuo no era consciente de que estaba dándole al planeta el empujón que necesitaba. En eso reside el propio cambio, y solo un movimiento desinteresado y libre podría haber traído consigo esta nueva oportunidad para ser felices.
Se acerca el mediodía y los chavales vuelan a sus casas para reponer fuerzas y poder seguir soñando durante la tarde. Creamos en ellos juntos, por el bien del planeta y sobre todo por el bien del ser humano, es hora de poner todas nuestras esperanzas sobre sus pequeños hombros, hombros que algún día soportaran el peso de toda la humanidad.